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jueves, 16 de abril de 2009

Prepará unos verdes

No sé cuándo fue que tomé mi primer mate, rodeada de gente matera pudo haber sido en cualquier momento.

Al principio eran de todas las variedades: dulces, amargos, con café, de pomelo, con cascaritas de naranja...

El tema es que un día escuché que mi papá, por algún motivo comentó: el mate dulce no es mate, a lo que tiempo después alguien remató: dónde viste un gaucho con azucarera. A partir de ese momento descarté el resto de las opciones, salvo el de pomelo, ese me trae verdadera nostalgia. Tomar mate de pomelo en invierno al sol de la siesta tiene un no sé qué...

Y llegó el día en el que despues de haber catado todas las variedades posibles, hasta con yuyo (puaj), me decidí y empecé a preparar mi propia versión del mate, y es muy agradable que te digan qué rico mate!

Es así que ahora todas las mañanas y tardes posibles repito el ritual: calentar agua, poner la yerba formando una montañita hacia una de las paredes del mate, y sebar siempre volcando el agua sobre la bombilla para que no se lave la yerba.

Ahí tienen, la primera receta. Practiquen y después hacemos un concurso!

2 comentarios:

  1. Vale:
    Totalmente de acuerdo con tu papá, el mate se toma amargo ! ;)
    Me encanta como describiste tu técnica, por que así se prepara un buen mate.

    Tus mates deben ser riquìsimos! Un beso

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  2. Hola Vale, muy buenos tus blogs! En cuanto a los mates, probaste mate de leche con cascarilla de cacao?... sobre todo en invierno!

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